miércoles, 5 de mayo de 2010

El extraño caso de Paulette, Lissete, Lisette y Mauricio

A casi toda la gente bonita le alcanzó un correo electrónico sobre la desaparición de Paulette y cada persona de este país elucubró una teoría sobre el homicidio, ¿qué motivó tal acto?, ¿quién tuvo ocasión?, ¿qué beneficios reporta?. El caso es que la víctima aparecio "en la piesera" diez días después en circunstancias llenas de sospechas y suspicacias. El caso probablemente no se resuelva o la solución quizá no se ventile a la opinión pública.

El crimen puso en tela de juicio no al homicida, sino al procurador del Estado de México a su gobernante a los investigadores federales y al final al país entero. Más allá de poder establecer quién mato a la niña, la convicción generalizada es que en este país carecemos de los profesionales y del marco legal para casi cualquier caso de homicidio. No en balde se encarcelan inocentes y se deja vagando en la calle a los auténticos criminales hasta que caen abatidos por vengadores o por otros criminales.

Más allá de la certeza de este dicho, sobresalen dos paradojas. Los oriundos del Estado de México, así como de la Ciudad de México tienen la convicción de ser avecindados en una de las metrópilis más violentas del mundo, aun así no se mudan; también consideran que es necesario que "alguien" haga "algo" pero no se ve que alguno se mueva en dirección alguna.

Pese a la muerte de la pequeña es probable que el marco legal siga igual para ambas demarcaciones (DF y Edo Mex), que las banderas partidarias sean las mismas para el próximo periodo y que la convicción de la sociedad sea la misma

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